La longitud de los telómeros, el nuevo e increíble “indicador” de salud y longevidad, es un rasgo complejo formado por la genética, la epigenética, y los factores ambientales. Mientras más largos sean los telómeros, mejor envejecerán los individuos.
Investigadores médicos y nutricionales ya están midiendo los telómeros en los glóbulos blancos (leucocitos) para determinar de qué manera la alimentación y el estilo de vida influencian la longitud de los telómeros.
Un estudio (1) publicado en American Journal of Clinical Nutrition en 2010 analizó datos de 2.284 mujeres que son parte del estudio Nurses Health, un estudio prospectivo en curso que ha estado haciendo un seguimiento de 121.700 enfermeras desde 1976 para observar cómo la alimentación impacta sus estados de salud.
Este estudio transversal evaluó muestras de sangre de las pacientes y comparó los componentes alimenticios, la composición corporal y los parámetros de estilo de vida recopilados de autoevaluaciones o cuestionarios proporcionados en 1990.
Basándose en estudios anteriores (2-6), los investigadores plantearon la hipótesis de que los factores alimenticios y de estilo de vida relacionados con una elevada inflamación o estrés oxidativo podrían relacionarse con el acortamiento de los telómeros. Curiosamente, ¡sus datos confirman que la alimentación y el estilo de vida sí afectan la longitud de los telómeros!
Los descubrimientos son buenas noticias para cualquiera que esté interesado en adoptar un estilo de vida más saludable que en última instancia retrase el proceso de envejecimiento. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que las mujeres con mayor ingesta de granos integrales, en especial de fibra (cereal) insoluble y vitamina E tenían los telómeros más largos.
Por el contrario, las mujeres con una mayor ingesta de grasa (en su mayoría de ácido linoleico, el principal ácido graso (PUFA) de omega-6 proveniente de aceite de maíz, cártamo y soya), mayor contorno de cintura y mayor IMC tenían los telómeros más cortos (ver figura superior). La firmeza de estas asociaciones era modesta (p < 0,05) pero apoya la hipótesis de que los factores alimenticios y la composición corporal se relacionan con la longitud de los telómeros.
“El acortamiento de los telómeros se ve acelerado por el estrés oxidativo y la inflamación, y la alimentación afecta a ambos procesos”, informaron los autores.
Referencias:
- Cassidy A et al. Associations between diet, lifestyle factors, and telomere length in women. Am J Clin Nutr 2010;91:1273-80. doi:10.3945/ajcn.2009.28947
- Blackburn EH. Telomere states and cell fates. Nature. 2000;408:53-6. doi:10.1038/35040500
- Harley et al. The telomere hypothesis of cellular aging. Exp Gerontol 1992;27:375-82. doi:10.1016/0531-5565(92)90068-B
- Blackburn EH. Telomeres and telomerase: their mechanisms of action and the effects of altering their functions. FEBS Lett 2005;579:859-62. doi:10.1016/j.febslet.2004.11.036
- von Zglinicki T. Oxidative stress shortens telomeres. Trends Biochem Sci 2002;27:339-44. doi:10.1016/S0968-0004(02)02110-2
- Serra et al. Extracellular superoxide dismutase is a major antioxidant in human fibroblasts and slows telomere shortening. J Biol Chem. 2003;278:6824-30. doi:10.1074/jbc.M207939200