En tus intestinos residen trillones de microorganismos que colectivamente forman tu microbioma intestinal y ¡pueden pesar hasta 3 libras normalmente! Pero, lejos de ser una fuente de peso indebido, tus microbios intestinales pueden ser la clave para mantenerte delgado y en forma.

Las bacterias intestinales han sido bien estudiadas por su importante papel en la regulación de la función inmunitaria normal y la barrera intestinal. Una investigación en crecimiento está mejorando nuestra comprensión de cómo la microbiota afecta el equilibrio de la energía, incluida la regulación de la acumulación de grasa y la insulina (1-3). Estos hallazgos podrían conducir en el futuro a nuevos y prometedores métodos para ayudar a controlar el peso.

Se cree que la relación que tenemos con nuestros microbios intestinales es mutuamente simbiótica o que su existencia en el interior nos favorece al ser sus anfitriones (2). Confiamos en ellos para una variedad de funciones que incluyen el desplazamiento de bacterias potencialmente dañinas; actuando como parte de nuestros sistemas inmunológicos; ayudando a producir vitaminas y ácidos grasos de cadena corta a través de la fermentación de partes de alimentos no digeridos; y creando un revestimiento mucoso que protege nuestros intestinos.

Lo que comes afecta tus microbios

Nuestros hambrientos microbios intestinales pueden, de hecho, extraer hasta la mitad de las calorías de los alimentos que comemos. Aunque, esto puede depender mucho del tipo de alimentos en nuestra dieta. Una dieta rica en frutas y verduras crudas y sin procesar contendrá una mayor cantidad de almidones prebióticos resistentes a la digestión (como los oligosacáridos) que tienen más probabilidades de llegar al intestino grueso, donde está presente la mayoría de nuestros microbios intestinales (1).

En cambio, una dieta típica de estilo occidental compuesta por alimentos procesados con alto contenido de grasas, carbohidratos refinados y azúcares no solo nos hace más propensos a absorber energía calórica, lo que lleva al aumento de peso, también aporta poca nutrición para los microbios intestinales.

Los tipos de microbios en tu intestino, y su diversidad, también cumplen una función en la forma en que se digieren y absorben los alimentos. Por consiguiente, estos factores también pueden jugar un papel en la probabilidad de cómo el microbioma intestinal afecta el equilibrio de energía y el control del peso.

En estudios realizados en ratones, por ejemplo, se encuentra que la proporción de ciertos tipos de microbios (Bacteriodites y Firmicutes) regula el almacenamiento de grasa y el aumento de peso (1). En ratones obesos y ratones alimentados con una dieta de estilo occidental, los científicos observaron un aumento en la abundancia de Firmicutes con una disminución concomitante en la abundancia de Bacteriodites (1). Se piensa que la razón está relacionada con cómo las enzimas producidas por estos microbios afectan el metabolismo de los lípidos y los carbohidratos.

Varios estudios en humanos también han encontrado asociaciones entre los niveles bajos del género bacteriano Bifidobacterium con sobrepeso u obesidad. De manera similar, algunos niveles de bacterias, como Clostridium, se reducen de forma proporcional con la pérdida de peso.

Estas asociaciones solo pueden proporcionar pistas sobre la complejidad de que tanto los microbios intestinales pueden contribuir al control de peso. Basados en la evidencia existente, es difícil llegar a conclusiones sobre cómo las intervenciones dirigidas a la microbiota intestinal podrían utilizarse para generar cambios en el microbioma intestinal que serían favorables para el peso corporal. También es demasiado temprano para culpar a la obesidad de cualquier especie bacteriana en el microbioma intestinal de una persona.

La dieta y la diversidad de microbios

Sin embargo, a partir de la evidencia científica más reciente, un consejo es claro: todos debemos esforzarnos por consumir dietas que fomenten la diversidad microbiana para una mejor salud y control del peso. Esta recomendación no implica adherirse a ningún plan de alimentación específico, siempre que incluya muchos alimentos ricos en fibra y una variedad de almidones resistentes que actúan como alimentos prebióticos para los microbios.

La razón es que los estudios han demostrado sistemáticamente que una dieta de alto contenido en grasas y azúcares al estilo occidental que es baja en fibra y almidones resistentes se asocia con una reducción en la diversidad microbiana (1). También favorece los tipos de microbios que no fermentan los carbohidratos y las fibras de manera eficiente. Por el contrario, seguir una dieta rica y diversa en frutas y verduras puede revertir rápidamente las pérdidas de la diversidad microbiana (1, 4). Tal dieta también puede conducir a una mayor abundancia de microbios que fermentan más eficientemente las fibras y los almidones resistentes a la digestión.

El objetivo no es solo el control de calorías y el control de peso; disfrutar de una dieta rica y diversa que favorezca la diversidad microbiana también se asocia con una mejora en la salud digestiva y general a largo plazo.

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Referencias

  1. Stephens Rw, Arhire L, and Covasa M. Gut microbiota: from microorganisms to metabolic organ influencing obesity. Obesity. 2018 May; 26(5): 801-809.
  2. Xu J, Gordon JI. Honor thy symbionts. Proc Natl Acad Sci USA 2003;100:10452‐10459.
  3. Dhurandhar EJ, Keith SW. The aetiology of obesity beyond eating more and exercising less. Best Pract Res Clin Gastroenterol 2014;28:533‐544.
  4. David LA, Maurice CF, Carmody RN, et al. Diet rapidly and reproducibly alters the human gut microbiome. Nature. 2014 Jan 23; 505(7484): 559-563.