Las mujeres que no descansan lo suficiente podrían ser más propensas a comer en exceso, de acuerdo con los descubrimientos de un nuevo estudio.

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte sugieren que las mujeres que no descansan lo suficiente son más propensas a comer excesivamente, sin tener en cuenta su peso, edad, estado civil y si están o no deprimidas.

Los ataques de apetito se consideran como una pérdida de control que resulta en grandes ingestas de alimentos durante un corto periodo de tiempo. Entre un 25 y 52 por ciento de los adultos norteamericanos que luchan contra la obesidad han tenido antecedentes de atracones (BE, por sus siglas en inglés).

La cantidad de horas promedio que duerme un norteamericano disminuyó cerca de 2 horas por noche entre los años 1998 y 2000; esto fue acompañado por un aumento del 8 por ciento en los niveles de obesidad.

“Este estudio ofrece evidencia empírica sobre la relación entre los problemas de sueño y los BE que se tienen a lo largo de la vida”, concluyeron los investigadores.

El análisis publicado en la revista médica International Journal of Eating Disorders, observó la incidencia de los desórdenes alimenticios en 3.790 mujeres. Respondiendo a cuestionarios en línea, las participantes contestaron preguntas sobre su peso, altura, antecedentes de depresión, estado civil, edad, calidad de su descanso y conductas alimenticias. Los hombres fueron excluidos del estudio debido al reducido índice de respuesta obtenido. Del total de mujeres encuestadas, 244 presentaban antecedentes de BE.

“La relación entre los problemas de sueño que informaron las participantes y los BE que se tienen a lo largo de la vida continuó siendo significativa” sin tener en cuenta los controles, indicaron los investigadores.

Los autores también señalaron que las mujeres obesas tenían más probabilidades que las no obesas de padecer atracones, al igual que patrones de sueño alterados. Sin embargo, la relación entre obesidad y sueño fue aparente sólo en aquellas mujeres que además sufrían depresión.

Las razones que se esconden detrás del sueño y del apetito descontrolado aún se encuentran en discusión. Sin embargo, la hipótesis más convincente, según los autores, es que existen patrones hormonales y metabólicos comunes entre el sueño y el apetito. Los autores explican que las hormonas leptina y grelina son fundamentales en el estímulo y la reducción del apetito y del peso corporal. La leptina disminuye el apetito, mientras que la grelina lo estimula y retrasa el metabolismo. En detrimento de la figura, los autores sugieren que el sueño puede provocar un desequilibrio de estas hormonas.

Otra hormona que se ve afectada por el descanso insuficiente es el cortisol. El cortisol es una hormona de tipo “combate o huye” que aumenta en el torrente sanguíneo durante las etapas de estrés. “Un descanso inadecuado puede resultar en niveles elevados de cortisol”, señalaron los autores.

Explicaron que el cortisol puede disminuir los efectos de la leptina y favorecer la actividad de la grelina. En otras palabras, el desequilibro en la liberación de hormonas podría estimular un apetito voraz.

Numerosos estudios han registrado una posible conexión entre el índice de masa corporal, la obesidad y los trastornos del sueño; sin embargo, se han publicado pocas investigaciones sobre la relación entre el sueño y el comer en exceso. Este estudio destaca el impacto del descanso insuficiente en la actual epidemia de obesidad, y sugiere la adopción de un hábito tan saludable como lo es el buen descanso.

Referencias:

Trace SE et al. Sleep Problems Are Associated with Binge Eating in Women. Ing J Eat Discord 2012;00:000-000 DOI: 10.1002/eat.22003.