Todos sabemos que el ejercicio es bueno para nosotros. Nos ayuda a deshacernos de la grasa, desarrollar masa muscular, evitar la depresión, e incluso, ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y más. Pero, ¿cómo lo hace exactamente? Estudios recientes han descubierto que el ejercicio puede activar y desactivar los genes dentro de las células musculares y de grasa, alterando el metabolismo y disminuyendo el riesgo de enfermedad.
Aunque la estructura del gen no se puede cambiar, diversos factores como el estilo de vida, la dieta, el estrés y el ejercicio pueden cambiar su expresión, “apagándolos” o “encendiéndolos”. Un gen que está apagado no puede producir las proteínas que generan ciertos beneficios en el cuerpo. Si el gen está encendido producirá suficientes proteínas al recibir la señal apropiada. La metilación es una de las formas en que los genes se activan o desactivan. Durante este proceso se añade un grupo metilo (estructura hecha de átomos de carbono e hidrógeno) al gen. Imagínate colocar una cereza en la parte superior de un helado, la cereza (que representa el grupo metilo) se bloqueará o ayudará a que el mensaje sea recibido por el helado (que representa el gen). Si el gen se apaga puede afectar diversos procesos del cuerpo, como el comportamiento, procesos mentales, desatar enfermedades, entre otros.
El ejercicio es un factor ambiental que impulsa el proceso de metilación.
En un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Lund en Suecia, se examinó cómo es exactamente que el ejercicio ayuda a nuestros genes.
Los científicos estudiaron la expresión de los genes en las células de grasa antes y después del ejercicio en 23 hombres que se ejercitaron durante una hora, dos veces por semana durante seis meses (1). El ejercicio ocasionó pérdida de peso, mejoró los niveles de colesterol y la presión arterial, pero también modificó el patrón de metilación en 18.000 sitios en 7.663 genes. La mayoría de los genes modificados fueron los implicados en el almacenamiento de la grasa, la obesidad y el riesgo de diabetes.
La metilación de los genes no se limita a las células de grasa, el ejercicio también modifica la metilación en las células musculares. En un estudio publicado en la revista Cell Metabolism en el año 2012, los investigadores recogieron biopsias musculares de 14 hombres y mujeres, antes y después del ejercicio para determinar el efecto de la metilación del gen (2). Se encontró un cambio en el patrón de metilación después de una sesión de ejercicio y se descubrió que el ejercicio más intenso causa cambios aún más grandes. Al igual que lo observado en el estudio con células de grasa, varios de los genes metilados en células musculares repercuten directamente en el metabolismo y el riesgo de padecer obesidad y diabetes.
A menudo se dice que nuestros genes y el ambiente determinan nuestro riesgo de enfermedad. Los genes se ha dicho son inmutables, mientras que del único factor que se tiene control es del ambiente. Estos nuevos estudios muestran cómo el ejercicio es capaz de influir en los genes y darnos un elemento adicional de control. El ejercicio es una herramienta muy poderosa que nos ofrece múltiples beneficios para la salud, probablemente impulsados en gran medida por la metilación de los genes.
Referencias
1. Rönn T, et al. A six months exercise intervention influences the genome-wide DNA methylation pattern in human adipose tissue. PLoS Genet. 2013 Jun;9(6):e1003572. doi: 10.1371/journal.pgen.1003572. Epub 2013 Jun 27.
2. Barrès R, et al. Acute exercise remodels promoter methylation in human skeletal muscle. Cell Metab. 2012 Mar 7;15(3):405-11. doi: 10.1016/j.cmet.2012.01.001.